Cierto día a inicios del invierno decidí visitar a mi tio Tux, sabiendo que siempre tiene una buena historia para contarme; cuando pasé por la primera casa pude darme cuenta que todos sus habitantes estaban pálidos, con la nariz roja y estornudaban impestuasamente, por lo que decidí no asercarme y apresurar mi paso para evitar contagiarme.
Un momento despues pasé por otra casa donde pude ver a la dueña llorando y a los policias tratando de consolarla, guiado por mi curiosidad me aserqué y pregunté que es lo que había sucedido, al parecer la casa habia sido vaciada la noche anterior y la señora no habia sentido cuando los asaltantes entraron y saquearon, y cuando la policía llegó ya era demaciado tarde.
Asustado, llegué a la casa de mi tio Tux, lo busqué y me sorprendio verlo lozano y sonriente, por lo que le conté todo lo que había visto en el camino, mi tio en lugar de preocuparse, me dió una gran sonrisa por lo que le pregunté como le hacia para mantenerse tan sano y feliz, acaso no le preocupaba nada de eso?
a lo que me respondio con una gran sonrisa en su cara: fácil hijo, en mi casa no hay "ventanas" sabes, a duras penas soporto que hayan "puertas" (gates¨en inglés)
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sábado, 26 de mayo de 2007
La Historia del tio Tux
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